Los distintos tipos de preguntas que hemos visto (absolutas
y relativas) pueden diferenciarse, además, según otro factor, que es el
siguiente: ¿hacia dónde orientan nuestra
atención al intentar una respuesta?
Hay preguntas que llevan hacia atrás: si conocemos aquello sobre
lo que se pregunta, podemos afirmar
(decir sí) o negar (decir no);
si no lo conocemos, tenemos a mano una tercera opción: la de responder No lo
sé. Estas preguntas, que orientan
nuestra atención hacia atrás, son las interrogaciones
absolutas.
Por el contrario, las interrogaciones relativas orientan
nuestra atención hacia delante: hacia aquello en lo que se hace foco en la
pregunta, o hacia aquella información que se debe buscar en el texto o en
alguna otra fuente. Para esa búsqueda, la pregunta brinda una herramienta que la oriente
específicamente hacia aquello que se busca, a través del pronombre enfático con el que comienza.
Estas diferenciaciones nos
permiten realizar las siguientes distinciones que se presentan en la próxima
tabla:
PREGUNTAS
ABSOLUTAS
RELATIVAS
·
Se responden en general, a partir de lo que ya se sabe o no.
·
Tienen un limitado
número de respuestas posibles, organizado según lo que ya se sabe: si se conoce la problemática, sí/no;
si no se la conoce, No lo sé.
·
Orientan
la atención hacia atrás: hacia lo
que se sabe (o no).
·
Permiten que el lector “mire” sus
conocimientos previos (experiencias
anteriores) y no necesariamente
llevan hacia conocimientos nuevos.
·
No
presentan marcas específicas sobre qué aspecto de la
información se debe buscar.
·
En conclusión, representan una forma limitada de trabajo intelectual
(no orientan un hacer determinado).
·
Se responden en particular, a partir de lo que se busca en el texto u otra
fuente.
·
Requieren respuestas
específicas, diferentes para cada pregunta en particular, y sin mayores
limitaciones que las que impone cumplir con el requerimiento de una cierta y
determinada pregunta.
·
Orientan
la atención hacia delante: hacia
aquello que se debe buscar. Lleva hacia una indagación.
·
Permiten que el lector se ponga en acción: debe buscar en el texto, en su conocimiento del mundo, en los
paratextos, o en otras fuentes, la información que necesita para responder.
Lo que obtenga será conocimiento nuevo:
relacionado, además, con el texto en particular con el que ha trabajado (y la
situación comunicativa de que ese texto derivó).
·
Presentan señales
específicas como herramientas que
orientan la búsqueda: son los pronombres
enfáticos que encabezan la pregunta.
·
En conclusión, representan una forma muy productiva de trabajo
intelectual (orientan un hacer
determinado).
No
obstante, una pregunta absoluta, con su carácter general y la orientación hacia
atrás a la que remite, puede ser útil como herramienta de indagación, cuando se
la transforma en una pregunta relativa, en la que aparezca en primer término el
pronombre enfático que guíe la búsqueda de información necesaria.
Podemos
considerar el siguiente recorrido para esta transformación:
1.
Nos encontramos con la siguiente
pregunta:
¿Todas las
oraciones en español comienzan con el sujeto?
2.
A partir de este interrogante, que
orienta la atención del interlocutor hacia atrás, se podrían generar distintas
(aunque no muchas) respuestas:
SÍ
|
Esta
respuesta, posiblemente, sea la que seleccione quien no conoce demasiado
sobre los elementos que conforman la oración pero recuerda algunos casos de
análisis de oraciones sencillas en la escuela primaria en la que siempre el
sujeto de la oración aparecía delante.
|
NO
|
Esta
respuesta puede ser dada por alguien que conoce más sobre los elementos que
conforman la oración, ya que puede haber recordado que en muchas ocasiones en
que ha analizado o se ha preguntado sobre cuál es el sujeto de una oración.
Podríamos decir que, en principio, esta es la respuesta a la que podríamos
llamar “correcta”.
De todas
maneras, tengamos en cuenta que quizás esta respuesta no derivó del “examen
hacia atrás” (la mirada hacia los saberes previos) sino de una elección
azarosa. Es por ello que podemos decir que esta pregunta no nos pone en
acción, no nos enfrenta a un trabajo determinado.
|
NO LO SÉ
|
Es la
respuesta que, creemos, puede realizar alguien que mire hacia atrás, hacia
sus experiencias anteriores sobre el tema, y no pueda construir una
afirmación o una negación, por no encontrar, en ese “espacio” de
conocimientos previos, algo que le permita cierta seguridad para decir una
cosa u otra.
|
1.
Sin embargo, a pesar de que la
pregunta no permitía extender el campo de lo que ya sabemos de antemano, sí nos
puede facilitar ir más allá de lo que conocemos. Para ello, deberemos identificar una cierta idea general,
como la que expresamos a continuación, basada en algo que sí podemos conocer
(en este caso, nos basamos en la respuesta NO de la tabla anterior, que pudo
ser la que diera alguien que conoce algo sobre las estructuras de las oraciones
o tiene alguna experiencia de análisis, aunque sean éstas ya lejanas, como las
de la escolaridad primaria):
No todas las
oraciones en español comienzan con el sujeto.
2.
Y, finalmente, a partir de allí, de
esa idea general que hemos podido construir, armamos una pregunta relativa a un
aspecto de esa información.
Por
ejemplo, el aspecto de esa información o idea general sobre el cual podemos
indagar es su causa.
Para ello, para orientar hacia allí el
foco de atención, requeriremos de una herramienta determinada y específica:
el pronombre enfático por qué,
que es, particularmente, el que lleva la atención hacia la causa que explica un
fenómeno o algo que se ha dicho. De esta manera, la pregunta relativa que nos
queda conformada puede ser:
¿Por qué no todas las oraciones
en español comienzan con el sujeto?
3.
Así formada, la pregunta ya está
lista para que nos pongamos en acción. Es decir, para que asumamos el trabajo de intentar responderla. Pero ese trabajo
consiste en una búsqueda, una indagación. Y, por ejemplo, deberemos salir a
buscar, no nos podremos quedar instalados en lo que ya sabíamos; habrá que
buscar fuentes de información (profesores que se nos crucen y a los que podamos
distraer un minuto de su trayecto, libros, Internet, y todos los etcéteras que
se nos ocurran).
En
la aventura de intentar la respuesta, posiblemente tengamos que relacionar
varias informaciones que podemos encontrar en distintas fuentes, como:
·
En español, el orden de los
elementos de la oración es relativamente libre (no necesariamente tienen que
presentarse de una manera única y predeterminada).
·
Los hablantes de español suelen
colocar en primer término, en la oración, aquel elemento que quieren que sea
procesado en primer término por su destinatario. Por ello, puede ser que
prefiera comenzar la oración no por el sujeto sino por la circunstancia de
tiempo en que se ubica la situación protagonizada por ese sujeto, como en: Ayer llegó la
carta. En este ejemplo, el sujeto (la entidad de la que estamos
hablando y que concuerda con el verbo) aparece al final (la
carta).
Este proceso que acabamos de
mostrar podría presentar, en otros casos, algunas particularidades
interesantes, cuando queramos formular la pregunta relativa. Por ejemplo:
Pregunta de partida: ¿Todos los
mamíferos son vivíparos?
Tengamos
en cuenta que, ya desde que accedemos a la pregunta, debemos tener en claros
los conceptos de: mamíferos y vivíparos.
2.
A partir de la pregunta, y quizás
con la ayuda de algo de información, podemos responder: No.
3.
La idea general que podemos formular
es la siguiente: No todos los mamíferos son vivíparos.
4.
Cuando intentamos formular la
pregunta relativa, el problema es dónde colocar el foco de atención para la
búsqueda. ¿Cuál es el pronombre enfático que orientará el trabajo a realizar?
En este caso, sabemos que hay mamíferos que son vivíparos y otros que no. Esto
nos puede llevar a plantearnos qué otras formas de alimentación tienen los
mamíferos que no son vivíparos. Pero también nos puede ayudar a elaborar una
pregunta que apunte a todas las formas de alimentación de los mamíferos, como: ¿Cómo se
clasifican los mamíferos según su forma de alimentación?
En conclusión, la formulación de
preguntas relativas a partir de una problemática planteada como una interrogación
absoluta no se realiza siempre de una única manera, sino que somos los
hablantes quienes debemos generar el modo particular de formular la pregunta
relativa como instrucción para realizar una búsqueda de información, a partir
de: la particularidad de la problemática con la que estamos trabajando, nuestro
propio interés sobre ella o la curiosidad que pudo haberse despertado en el
momento de realización del trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario