jueves, 13 de febrero de 2020

Los distintos tipos de interrogantes y su orientación


Los distintos tipos de preguntas que hemos visto (absolutas y relativas) pueden diferenciarse, además, según otro factor, que es el siguiente: ¿hacia dónde orientan nuestra atención al intentar una respuesta?



Hay preguntas que llevan hacia atrás: si conocemos aquello sobre lo que se pregunta, podemos afirmar (decir ) o negar (decir no); si no lo conocemos, tenemos a mano una tercera opción: la de responder No lo sé. Estas preguntas, que orientan nuestra atención hacia atrás, son las interrogaciones absolutas.

Por el contrario, las interrogaciones relativas orientan nuestra atención hacia delante: hacia aquello en lo que se hace foco en la pregunta, o hacia aquella información que se debe buscar en el texto o en alguna otra fuente. Para esa búsqueda, la pregunta brinda una herramienta que la oriente específicamente hacia aquello que se busca, a través del pronombre enfático con el que comienza.

Estas diferenciaciones nos permiten realizar las siguientes distinciones que se presentan en la próxima tabla:



PREGUNTAS


ABSOLUTAS


RELATIVAS
·         Se responden en general, a partir de lo que ya se sabe o no.

·         Tienen un limitado número de respuestas posibles, organizado según lo que ya se sabe: si se conoce la problemática, /no; si no se la conoce, No lo sé.


·         Orientan la atención hacia atrás: hacia lo que se sabe (o no).


·         Permiten que el lector “mire” sus conocimientos previos (experiencias anteriores) y no necesariamente llevan hacia conocimientos nuevos.









·         No presentan marcas específicas sobre qué aspecto de la información se debe buscar.


·         En conclusión, representan una forma limitada de trabajo intelectual (no orientan un hacer determinado).

·         Se responden en particular, a partir de lo que se busca en el texto u otra fuente.

·         Requieren respuestas específicas, diferentes para cada pregunta en particular, y sin mayores limitaciones que las que impone cumplir con el requerimiento de una cierta y determinada pregunta.

·         Orientan la atención hacia delante: hacia aquello que se debe buscar. Lleva hacia una indagación.

·         Permiten que el lector se ponga en acción: debe buscar en el texto, en su conocimiento del mundo, en los paratextos, o en otras fuentes, la información que necesita para responder. Lo que obtenga será conocimiento nuevo: relacionado, además, con el texto en particular con el que ha trabajado (y la situación comunicativa de que ese texto derivó).

·         Presentan señales específicas como herramientas que orientan la búsqueda: son los pronombres enfáticos que encabezan la pregunta.

·         En conclusión, representan una forma muy productiva de trabajo intelectual (orientan un hacer determinado).


            No obstante, una pregunta absoluta, con su carácter general y la orientación hacia atrás a la que remite, puede ser útil como herramienta de indagación, cuando se la transforma en una pregunta relativa, en la que aparezca en primer término el pronombre enfático que guíe la búsqueda de información necesaria.

            Podemos considerar el siguiente recorrido para esta transformación:

1.      Nos encontramos con la siguiente pregunta:

¿Todas las oraciones en español comienzan con el sujeto?

2.      A partir de este interrogante, que orienta la atención del interlocutor hacia atrás, se podrían generar distintas (aunque no muchas) respuestas:

Esta respuesta, posiblemente, sea la que seleccione quien no conoce demasiado sobre los elementos que conforman la oración pero recuerda algunos casos de análisis de oraciones sencillas en la escuela primaria en la que siempre el sujeto de la oración aparecía delante.
NO
Esta respuesta puede ser dada por alguien que conoce más sobre los elementos que conforman la oración, ya que puede haber recordado que en muchas ocasiones en que ha analizado o se ha preguntado sobre cuál es el sujeto de una oración. Podríamos decir que, en principio, esta es la respuesta a la que podríamos llamar “correcta”.
De todas maneras, tengamos en cuenta que quizás esta respuesta no derivó del “examen hacia atrás” (la mirada hacia los saberes previos) sino de una elección azarosa. Es por ello que podemos decir que esta pregunta no nos pone en acción, no nos enfrenta a un trabajo determinado.
NO LO SÉ
Es la respuesta que, creemos, puede realizar alguien que mire hacia atrás, hacia sus experiencias anteriores sobre el tema, y no pueda construir una afirmación o una negación, por no encontrar, en ese “espacio” de conocimientos previos, algo que le permita cierta seguridad para decir una cosa u otra.

1.      Sin embargo, a pesar de que la pregunta no permitía extender el campo de lo que ya sabemos de antemano, sí nos puede facilitar ir más allá de lo que conocemos. Para ello, deberemos identificar una cierta idea general, como la que expresamos a continuación, basada en algo que sí podemos conocer (en este caso, nos basamos en la respuesta NO de la tabla anterior, que pudo ser la que diera alguien que conoce algo sobre las estructuras de las oraciones o tiene alguna experiencia de análisis, aunque sean éstas ya lejanas, como las de la escolaridad primaria):

No todas las oraciones en español comienzan con el sujeto.

2.      Y, finalmente, a partir de allí, de esa idea general que hemos podido construir, armamos una pregunta relativa a un aspecto de esa información.

Por ejemplo, el aspecto de esa información o idea general sobre el cual podemos indagar es su causa. Para ello, para orientar hacia allí el foco de atención, requeriremos de una herramienta determinada y específica: el pronombre enfático por qué, que es, particularmente, el que lleva la atención hacia la causa que explica un fenómeno o algo que se ha dicho. De esta manera, la pregunta relativa que nos queda conformada puede ser:

¿Por qué no todas las oraciones en español comienzan con el sujeto?

3.      Así formada, la pregunta ya está lista para que nos pongamos en acción. Es decir, para que asumamos el trabajo de intentar responderla. Pero ese trabajo consiste en una búsqueda, una indagación. Y, por ejemplo, deberemos salir a buscar, no nos podremos quedar instalados en lo que ya sabíamos; habrá que buscar fuentes de información (profesores que se nos crucen y a los que podamos distraer un minuto de su trayecto, libros, Internet, y todos los etcéteras que se nos ocurran).

En la aventura de intentar la respuesta, posiblemente tengamos que relacionar varias informaciones que podemos encontrar en distintas fuentes, como:

·         En español, el orden de los elementos de la oración es relativamente libre (no necesariamente tienen que presentarse de una manera única y predeterminada).
·         Los hablantes de español suelen colocar en primer término, en la oración, aquel elemento que quieren que sea procesado en primer término por su destinatario. Por ello, puede ser que prefiera comenzar la oración no por el sujeto sino por la circunstancia de tiempo en que se ubica la situación protagonizada por ese sujeto, como en: Ayer llegó la carta. En este ejemplo, el sujeto (la entidad de la que estamos hablando y que concuerda con el verbo) aparece al final (la carta).


Este proceso que acabamos de mostrar podría presentar, en otros casos, algunas particularidades interesantes, cuando queramos formular la pregunta relativa. Por ejemplo:


Pregunta de partida: ¿Todos los mamíferos son vivíparos?

Tengamos en cuenta que, ya desde que accedemos a la pregunta, debemos tener en claros los conceptos de: mamíferos y vivíparos.

2.      A partir de la pregunta, y quizás con la ayuda de algo de información, podemos responder: No.

3.      La idea general que podemos formular es la siguiente: No todos los mamíferos son vivíparos.

4.      Cuando intentamos formular la pregunta relativa, el problema es dónde colocar el foco de atención para la búsqueda. ¿Cuál es el pronombre enfático que orientará el trabajo a realizar? En este caso, sabemos que hay mamíferos que son vivíparos y otros que no. Esto nos puede llevar a plantearnos qué otras formas de alimentación tienen los mamíferos que no son vivíparos. Pero también nos puede ayudar a elaborar una pregunta que apunte a todas las formas de alimentación de los mamíferos, como: ¿Cómo se clasifican los mamíferos según su forma de alimentación?


En conclusión, la formulación de preguntas relativas a partir de una problemática planteada como una interrogación absoluta no se realiza siempre de una única manera, sino que somos los hablantes quienes debemos generar el modo particular de formular la pregunta relativa como instrucción para realizar una búsqueda de información, a partir de: la particularidad de la problemática con la que estamos trabajando, nuestro propio interés sobre ella o la curiosidad que pudo haberse despertado en el momento de realización del trabajo.





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