jueves, 20 de febrero de 2020

INTRODUCCIÓN A LAS CLASES DE PALABRAS EN ESPAÑOL

Las clases de palabras o categorías léxicas


Nuestro próximo camino a transitar, en la aventura de recorrer el lenguaje para conocer cómo son los elementos que lo conforman, consiste en abrir la puerta de las palabras para comprender cómo se organizan en cuanto unidades del sistema de la lengua. Para poder realizar este tránsito, aplicaremos las herramientas aprendidas en el capítulo anterior, de manera que, en este caso, nos puedan ayudar a construir significado sobre cuáles son las clases de palabras en español.

Las palabras


Las palabras son unidades que forman parte del nivel del léxico de una lengua, y forman parte de la gramática pero no son una invención de los lingüistas sino que derivan de una profunda realidad mental que nos permite a los hablantes utilizarlas para construir con ellas oraciones como secuencias bien formadas, algo que todos somos capaces de hacer y de identificar (Giammatteo y Albano, 2007). Sus características principales son la separabilidad y la conmutabilidad.

La separababilidad hace que, en general, la escritura las muestre separadas entre sí por espacios en blanco, y consiste en la posibilidad de dividir las cadenas sonoras que escuchamos en unidades distintas. La conmutabilidad es la propiedad que hace que una palabra pueda ser sustituida por otra de la misma clase o por un sintagma que pueda ocupar su lugar, manteniendo el significado de la oración en que se encuentra. Para comprobar esto, podemos pensar en la siguiente cadena de fonemas que podríamos haber escuchado en una instancia de comunicación oral:


/lakásakedábaenlaladéradelakolína/

Cuando intentamos “traducir” esa cadena a una forma escrita, que podría ser una oración en un cierto texto, debemos hacer corresponder los fonemas con grafemas. Al escribir, tendremos que aplicar la separabilidad para “aislar” las palabras, para que queden individualmente identificadas como distintas de las demás:

La casa quedaba en la ladera de la colina.

Por medio de la conmutabilidad, podemos comprobar que varias unidades a las que hemos separado de las demás por espacios en blanco pueden ser sustituidas por otras palabras o por sintagmas que mantengan el significado de la frase en su conjunto:


La
casa
quedaba
en
la
ladera
de
la
colina

vivienda






montaña
El
refugio
permanecía

el camino de ascenso






allí


Las clases

Las clases de palabras son los grupos que las organizan según el comportamiento similar que tienen distintas piezas léxicas (palabras), de acuerdo con la relación que asumen con el significado, su conformación a través de morfemas que las constituyen o sus posibilidades de aparecer en sintagmas.

Antes de presentar la manera en que se organizan las palabras en clases, es conveniente que podamos establecer que la pertenencia de distintas piezas léxicas a un grupo se da porque cumplen con las mismas propiedades o formas de comportamiento, aunque no todas las palabras que forman parte de una clase cumplan completamente con las mismas propiedades o formas de comportamiento.

Por ejemplo, los verbos tienen, entre sus propiedades generales, la que hace que puedan tener como sujeto a cualquiera de los pronombres personales. El verbo cantar puede tener como sujeto a yo (yo canto), vos (vos cantás), él (él canta), etc. Esto significa que es un verbo que manifiesta todas las propiedades de su clase. Pero, frente a él, tenemos otro verbo, como llover que, si bien es un verbo, no puede tener como sujeto a todas las personas gramaticales, sino solamente a la tercera persona del singular, pero sin expresión de la persona: con asterisco se indica que son agramaticales (de formación incorrecta) las siguientes formas: * yo lluevo, * vos llovés, * él llueve. Sí es gramatical la expresión: llueve, en la que no se manifiesta la persona por pronombre.

Para poder establecer estos distintos modos de pertenencia de una palabra a una clase determinada, podemos definir dos conceptos que son útiles para comprenderlos. Esos conceptos son los de centro y periferia: los miembros de una clase que manifiestan todas las propiedades y formas de comportamiento de esa clase están en el centro, mientras que los miembros que cumplen con algunas de esas propiedades y formas de comportamiento pero no otras están en la periferia de esa clase.

Los miembros de una clase que se consideran como partes del centro de esa categoría son prototípicos, y los que se ubican en la periferia, aunque pertenezcan a la misma clase, son los no prototípicos. Esto quiere decir que los prototípicos son los más comunes y esperables dentro de una clase, pero que también existen elementos de una clase que siguen perteneciendo a ella pero de forma no prototípica. Por ejemplo, el verbo llover sigue siendo un verbo, a pesar de que no cumple con una propiedad que sí siguen todos los verbos prototípicos, como lo es la de manifestar formas distintas para todas las personas gramaticales y poder presentarla explícitamente.


Por esta razón, las clases de palabras se conforman como tales por el cumplimiento de una serie de propiedades y formas de comportamiento generales, pero a través de una cuestión de grado: unas palabras cumplen completamente esas propiedades y formas de comportamiento, y otras solamente algunas de ellas. Así, nos encontraremos con miembros de una clase que son prototípicos o centrales, y otros que son no prototípicos, periféricos o marginales.


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