Las clases de palabras o categorías léxicas
Nuestro próximo camino a transitar, en la aventura de
recorrer el lenguaje para conocer cómo son los elementos que lo conforman,
consiste en abrir la puerta de las palabras
para comprender cómo se organizan en cuanto unidades del sistema de la lengua. Para poder realizar este
tránsito, aplicaremos las herramientas aprendidas en el capítulo anterior, de
manera que, en este caso, nos puedan ayudar a construir significado sobre
cuáles son las clases de palabras en
español.
Las palabras
Las palabras son unidades que forman parte del nivel del
léxico de una lengua, y forman parte de la gramática pero no son una invención
de los lingüistas sino que derivan de una profunda realidad mental que nos
permite a los hablantes utilizarlas para construir con ellas oraciones como secuencias
bien formadas, algo que todos somos capaces de hacer y de identificar
(Giammatteo y Albano, 2007). Sus características principales son la
separabilidad y la conmutabilidad.
La separababilidad hace que, en general,
la escritura las muestre separadas entre sí por espacios en blanco, y consiste
en la posibilidad de dividir las cadenas sonoras que escuchamos en unidades
distintas. La conmutabilidad es la
propiedad que hace que una palabra pueda ser sustituida por otra de la misma
clase o por un sintagma que pueda ocupar su lugar, manteniendo el significado
de la oración en que se encuentra. Para comprobar esto, podemos pensar en la
siguiente cadena de fonemas que podríamos haber escuchado en una instancia de
comunicación oral:
/lakásakedábaenlaladéradelakolína/
Cuando
intentamos “traducir” esa cadena a una forma escrita, que podría ser una
oración en un cierto texto, debemos hacer corresponder los fonemas con
grafemas. Al escribir, tendremos que aplicar la separabilidad para “aislar” las
palabras, para que queden individualmente identificadas como distintas de las
demás:
La casa quedaba en la ladera de
la colina.
Por medio de la conmutabilidad,
podemos comprobar que varias unidades a las que hemos separado de las demás por
espacios en blanco pueden ser sustituidas por otras palabras o por sintagmas
que mantengan el significado de la frase en su conjunto:
La
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casa
|
quedaba
|
en
|
la
|
ladera
|
de
|
la
|
colina
|
|
vivienda
|
|
|
|
|
|
|
montaña
|
El
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refugio
|
permanecía
|
|
el camino de ascenso
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|
|
|
|
|
|
|
allí
|
Las clases
Las clases de palabras son los grupos que las organizan según el
comportamiento similar que tienen distintas piezas léxicas (palabras), de
acuerdo con la relación que asumen con el significado, su conformación a través
de morfemas que las constituyen o sus posibilidades de aparecer en sintagmas.
Antes de presentar la manera en
que se organizan las palabras en clases, es conveniente que podamos establecer
que la pertenencia de distintas piezas léxicas a un grupo se da porque cumplen
con las mismas propiedades o formas de comportamiento, aunque no todas las
palabras que forman parte de una clase cumplan completamente con las mismas
propiedades o formas de comportamiento.
Por ejemplo, los verbos tienen,
entre sus propiedades generales, la que hace que puedan tener como sujeto a
cualquiera de los pronombres personales. El verbo cantar puede tener como
sujeto a yo (yo canto), vos (vos cantás), él
(él
canta), etc. Esto significa que es un verbo que manifiesta todas las
propiedades de su clase. Pero, frente a él, tenemos otro verbo, como llover
que, si bien es un verbo, no puede tener como sujeto a todas las personas
gramaticales, sino solamente a la tercera persona del singular, pero sin
expresión de la persona: con asterisco se indica que son agramaticales (de
formación incorrecta) las siguientes formas: * yo lluevo, * vos
llovés, * él llueve. Sí es gramatical la expresión: llueve, en la que no se
manifiesta la persona por pronombre.
Para poder establecer estos
distintos modos de pertenencia de una palabra a una clase determinada, podemos
definir dos conceptos que son útiles para comprenderlos. Esos conceptos son los
de centro y periferia: los miembros de una clase que manifiestan todas las propiedades y
formas de comportamiento de esa clase están en el centro, mientras que los
miembros que cumplen con algunas de esas propiedades y formas de comportamiento
pero no otras están en la periferia de esa clase.
Los miembros de una clase que se
consideran como partes del centro de esa categoría son prototípicos, y los que se ubican en la periferia, aunque
pertenezcan a la misma clase, son los no prototípicos. Esto quiere decir
que los prototípicos son los más comunes y esperables dentro de una clase, pero
que también existen elementos de una clase que siguen perteneciendo a ella pero
de forma no prototípica. Por ejemplo, el verbo llover sigue siendo un
verbo, a pesar de que no cumple con una propiedad que sí siguen todos los
verbos prototípicos, como lo es la de manifestar formas distintas para todas
las personas gramaticales y poder presentarla explícitamente.
Por esta razón, las clases de
palabras se conforman como tales por el cumplimiento de una serie de
propiedades y formas de comportamiento generales, pero a través de una cuestión de grado: unas palabras
cumplen completamente esas propiedades y formas de comportamiento, y otras
solamente algunas de ellas. Así, nos encontraremos con miembros de una clase
que son prototípicos o centrales, y
otros que son no prototípicos, periféricos
o marginales.
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