Una primera distinción
Antes de perfilar el alcance del
término “gramática” y su problemática en relación con la manera en que es
interpretado en diferentes modelos, es necesario circunscribir dos ámbitos
generales en los que se produce el discurso de la gramática. Se configuran de
esta manera dos discursos específicos relativos a la gramática: el discurso científico y el discurso de enseñanza. Se trata,
evidentemente, de dos tipos diferentes de discursos que se producen en
contextos distintos, con objetivos diferentes y con interlocutores
diferenciados.
El ejemplo más
próximo es el del estructuralismo.
Generalmente se habla de la gramática
estructural como de un solo campo específico, y no se tiene en cuenta que
de esa manera se engloban aspectos confusos y que no tienen, evidentemente, el
mismo alcance.
En efecto, una
cosa es hablar del estructuralismo como
una corriente dentro de la lingüística que ha producido una gran cantidad de
textos de especulación científica a lo largo del siglo XX, y otra es hablar
de la versión pedagógica del
estructuralismo que se tradujo en las aulas entre los años ’60 y ’80 como un
dispositivo didáctico que funcionó como columna vertebral del área de
Lengua y se transformó en un discurso hegemónico dentro de la didáctica
especial. Incluso, siguió siendo hegemónico en las escuelas argentinas cuando
en el ámbito académico y en la investigación científica había sido superado
ampliamente por otras corrientes. En este caso, como se ve, no coinciden ni
siquiera los límites temporales en que se produce cada uno de esos discursos.
Además,
es obvio que, igual que en el caso de los límites temporales, tampoco coinciden
los límites espaciales ni los interlocutores de cada uno: la comunidad
científica, por un lado, y los alumnos de Lengua en las aulas, por otro.
Tampoco hay coincidencia en cuanto a los objetivos de la producción de esos
discursos: en un caso, se intenta producir conocimiento gramatical a partir del
campo de estudios ya realizados, y en el otro se intenta generar un
conocimiento descriptivo de la lengua materna en una versión estandarizada y
pensada para desarrollarse dentro de ciertos límites básicos.
Son estos alcances los que se
intenta precisar a continuación:
I.
La gramática como objeto de estudio en
un ámbito de investigación académica
Como disciplina científica, la gramática es un
conjunto de modelos teóricos sobre las reglas y las estructuras propias de una
lengua. Es un campo de saberes producidos por especialistas y dirigidos hacia
la progresión del conocimiento científico. Estos saberes se presentan como una
serie de afirmaciones que requieren comprobaciones de diferente índole y
configuran el desarrollo de determinadas tesis que encierran siempre la
posibilidad de una refutación y que, por lo tanto, obligan a demostraciones y
verificaciones empíricas.
II.
La gramática como objeto de estudio en
el ámbito de las instituciones de enseñanza primaria y secundaria.
El interlocutor, en este caso, no está compuesto por
una comunidad de expertos, sino una cierta población estudiantil, y el discurso
está destinado a ser recreado en infinitas instancias a través de ciertas
“figuras intermediarias”. Además, este discurso, como afirman María del Pilar
Gaspar y Laiza Otañi[1],
está conformado por traducciones o reformulaciones del discurso científico, de
expertos, realizadas especialmente para un público de no expertos. Queda claro,
entonces, que se trata de un discurso configurado por un recorte de elementos
seleccionados por su carácter básico y por su confrontación con ideas de lo que
se considera conveniente o necesario con respecto a situaciones de
enseñanza/aprendizaje.
[1] Gaspar, María del Pilar y Otañi, Laiza, “La gramática”, en Alvarado,
Maite (ed.), (2000), Problemas de
enseñanza de la lengua y la literatura – Carpeta de trabajo, Universidad
Virtual de Quilmes.
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