jueves, 5 de marzo de 2020

Primera aproximación al estudio del adjetivo

El adjetivo



El adjetivo es la clase de palabras que se presenta como una caracterización de aquello que es presentado por un sustantivo, a través de una palabra que concuerda morfológicamente en género y número con el sustantivo al que modifica.

La clave a tener en cuenta con respecto al adjetivo puede ser la pregunta: ¿Cómo se caracteriza a tal entidad presentada por el sustantivo?, una forma más elaborada de la cuestión que se suele tener en cuenta para diferenciar adjetivos de otras clases de palabras: ¿Cómo es/está una entidad expresada por sustantivo?

Este interrogante, planteado de la manera más general (¿Cómo se caracteriza a tal entidad expresada por sustantivo?) nos permite dar cuenta de las distintas posibilidades de comportamiento de las subclases de los adjetivos, que se verán oportunamente. La prueba concluyente para determinar si tal palabra es, realmente, adjetivo, es la comprobación de su flexión de género y/o número en relación con el sustantivo al que modifica.

Esto quiere decir que, en una oración como Los nuevos ciudadanos crecerán libres, podremos comprobar que nuevos y libres son adjetivos porque presentan características que permiten circunscribir a la entidad ciudadanos, expresada por sustantivo, y también que este carácter adjetivo queda corroborado desde que es posible ver la flexión: en género masculino y número plural (aunque, presumiblemente, el uso sea neutro, porque es lógico pensar que no habla de ciudadanos varones sino de ciudadanos que lo son por ser seres humanos), en nuevos, y el número plural, en libres.
Así, son adjetivos azul, cuando modifica a cielo; brillantes, cuando modifica a estrellas; matemático, cuando modifica a problema; próximo, cuando modifica a tren, o española, cuando modifica a lengua.


Esto nos indica dos cuestiones importantes sobre esta clase de palabras:



                  Si es una característica, aporta necesariamente significado.

Es fundamental tener en cuenta esta apreciación, porque en la gramática estructural, que ya no tiene vigencia, se consideraban adjetivos a todas las palabras que tenían concordancia morfológica de género y número con el sustantivo y, por ello, se trataba como adjetivos a palabras como aquellos, mis, esas, etc. Si bien es cierto que estas palabras que hemos aportado como ejemplos pueden tener género y/o número en relación con algún sustantivo, no es verdad que sean adjetivos, porque no atribuyen ninguna característica de significado al sustantivo al que modifican, sino que solamente especifican a qué entidad nos referimos al usar el sustantivo.

Por ello, si nos encontramos con el sintagma Algunas estrellas fugaces, veremos que, en él, fugaces es un adjetivo porque caracteriza a estrellas con un cierto significado (la propiedad de ser fugaz), y que concuerda morfológicamente en número plural con el sustantivo estrellas. Pero algunas, si bien manifiesta la misma concordancia en número plural con el sustantivo, y suma otra forma de concordancia que es con el género femenino, no es adjetivo porque no agrega ninguna característica como significado: simplemente, algunas especifica a qué estrellas se refiere el hablante al utilizar el sustantivo en el sintagma.

El adjetivo solamente puede aparecer si se comprende claramente con qué sustantivo está relacionado.

            Por lo tanto, no encontraremos nunca un adjetivo si no está en relación con un  sustantivo, que puede aparecer en la misma oración o en otra. Una de las claves para la comprensión de un texto en el que aparecen adjetivos reside en que se pueda interpretar qué sustantivos son caracterizados por todos los adjetivos, y en función de qué significados puestos en juego en esa relación entre sustantivo y adjetivo.






Son adjetivos, en el anterior fragmento de un texto posible, todas las palabras marcadas con negrita, a las que les hemos buscado el sustantivo al que modifican para indicar su relación y corroborar su concordancia morfológica.


A partir de las relaciones que se trazaron en el texto, y que van desde los adjetivos hacia los sustantivos a los que modifican, hemos formulado la siguiente tabla, en la que se analizan las relaciones sustantivo/adjetivo y la concordancia morfológica que marca esa relación:




La copia morfológica que implica la concordancia con el sustantivo lleva a que ambos puedan manifestar las mismas categorías de género y número, en la medida de sus posibilidades, porque un sustantivo puede ser masculino y singular (perro) pero el adjetivo sólo puede copiarle el número, porque no tiene género (inteligente), a tal punto que a perro inteligente le podemos oponer perra inteligente. Estos adjetivos terminados en –ente son parte de lo mismo que ya hemos visto para los sustantivos con la misma terminación (en general, se trata de palabras que no contienen una manifestación interna de género, pero se utilizan para caracterizar a seres humanos que, sí, tienen género; por esto, puede decirse que son válidos tanto para masculinos como para femeninos).

Para terminar este apartado, mostraremos cómo se da la articulación entre morfemas en la concordancia morfológica entre el sustantivo y el adjetivo. En la siguiente tabla, se presenta cada sustantivo y cada adjetivo que lo modifica, con los distintos morfemas que los constituyen. Veremos, en su análisis, cómo se da la copia morfológica de género y número, cuando los dos tienen la posibilidad de manifestarla o cuando solamente uno de ellos puede hacerlo.

Para llevar a cabo esta operación, hemos seleccionado algunas de las relaciones sustantivo/adjetivo del gráfico anterior.






La sintaxis del adjetivo como modificador del sustantivo




Un adjetivo modifica a un sustantivo a través de una característica que le atribuye. Eso sucede en los siguientes ejemplos:

-          Los asuntos importantes
-          Las problemáticas importantes

En los dos casos, el adjetivo importantes modificó a sustantivos: asuntos, en el primer ejemplo; problemáticas, en el segundo. Vemos, así, cómo participa un adjetivo en el interior de un sintagma nominal, en el que el núcleo es el sustantivo:


El sustantivo núcleo abre un conjunto de entidades a las que nos referimos: estamos hablando de un conjunto de asuntos. O de problemáticas, según el segundo ejemplo.






El adjetivo abre un subconjunto, en el interior del gran conjunto de asuntos abierto por el sustantivo, en el que se indica que no estamos hablando de todos los asuntos (es decir, no estamos hablando de todos los elementos que conforman el gran conjunto), sino solamente de los que son importantes.




El especificador (que en los dos casos es el artículo) nos indica que estamos refiriéndonos a todos los asuntos (o a todas las problemáticas).




Estos sintagmas nominales (Los asuntos importantes y Las problemáticas importantes) podrían ser sujetos de oraciones, como en:
-          Los asuntos importantes demandaban atención.
-          Las problemáticas importantes exigían solución.

Vemos que el especificador opera sobre el subconjunto abierto por el adjetivo sobre el conjunto definido por el sustantivo. Por eso, en el análisis lo podemos representar de la siguiente manera:




Como podemos ver, el sustantivo núcleo (asuntos) tiene dos modificadores que concuerdan con él en género (masculino) y número (plural): uno es los, y el otro es importantes. Pero estos dos modificadores no operan al mismo nivel. Uno de ellos es más inmediato con respecto al sustantivo, porque permite abrir un subconjunto dentro de la clase de elementos abiertos por el sustantivo (nos permite hablar de asuntos que son importantes). Este modificador, el más inmediato, es el adjetivo. El otro es el artículo los, que funciona como especificador de todo el subconjunto.

La gramática generativa presenta bajo la forma de árbol esta modificación sobre el sustantivo que opera en distintos niveles. La siguiente es la representación del sintagma nominal:




Es similar la estructura que presentamos en la otra oración (Las problemáticas importantes exigían solución).

Incluso cuando el adjetivo está en el sintagma verbal abierto por el predicado, puede seguir modificando al sustantivo, con el que concuerda, y que puede estar en el sujeto. Independientemente de donde esté ubicado, la relación entre sustantivo y adjetivo se da por cuestiones lógicas de significado (uno, el adjetivo, caracteriza al otro), que están subrayadas por la copia morfológica de género y número, como podremos ver a continuación.

Por ejemplo:




Recategorización del adjetivo como sustantivo


El adjetivo puede asumir, directamente, la función del sustantivo, cuando se alude a una entidad sin mencionarla más que por la característica de ella indicada por él. Cuando no aparece un sustantivo y en su lugar hay un adjetivo especificado por el artículo neutro “lo” (neutro, una vez más, porque no está marcado ni como masculino ni como femenino), se dice que el adjetivo está sustantivado: se está comportando como un sustantivo.

Si tomamos la oración Los asuntos importantes demandaban atención, podríamos suprimir el sustantivo asuntos y conceptualizar aquello de lo que estamos hablando (esos asuntos importantes) directamente a través de una expresión como Lo importante:

Lo importante demandaba atención.

De esta manera, importante es ahora el sustantivo, y el especificador que recibe es el artículo neutro lo. Vemos, además, que ahora el verbo (demandaba) concuerda con el nuevo sujeto, que es singular. Lo podemos verificar en el próximo análisis:


También puede suceder que un adjetivo tome el lugar del sustantivo con artículo masculino o femenino, cuando se quiere aludir a determinadas entidades directamente por la característica. Por ejemplo, podemos pensar en la oración:

Las personas ausentes explicaron la situación.

En esta nueva oración, aparece el adjetivo ausentes para indicar que hablamos de un subconjunto de personas que estaban ausentes. Pero, en la siguiente reformulación, se alude directamente al mismo subconjunto a través del adjetivo, que ahora asume la función de sustantivo núcleo, al no aparecer mencionada la entidad:




En este último ejemplo vemos, una vez más, el uso neutro del masculino plural (los ausentes), que toma el uso neutro anterior del femenino plural (las personas ausentes). A pesar de que los ausentes es masculino y las personas ausentes es femenino, el uso de ambas expresiones es neutro, y se indica que lo que se dice es válido para seres humanos y no tiene marca de género en el sentido de identidad sexual.

Giammatteo y Albano (2006) mencionan casos en los que, con el paso del tiempo, algunos adjetivos desplazaron a un sustantivo del que tomaron su lugar, como lo que sucedió con estación terminal, que quedó en la terminal, o con teléfono celular, que quedó como el celular.

También hay recategorización del adjetivo (que adopta una pertenencia a otra categoría, la del sustantivo) en casos en los que los hablantes eligen denominar a cierto grupo de individuos a partir de una caracterización que presenta sobre ellos un adjetivo. Supongamos el siguiente par de ejemplos:

-          Las personas sordas visitarán el museo. (sordas, adjetivo)
-          Los sordos visitarán el museo. (sordos, sustantivo)

No obstante, siguiendo a Bosque (1991), se podría objetar cierto carácter discriminatorio a este uso de los sordos, en el sentido de que, si bien designamos con una alusión a la característica común de todo un grupo de personas (los sordos), no hacemos lo mismo englobando a quienes no lo son con una expresión como los oyentes. De esta manera, nos podemos plantear hasta qué punto es pertinente, o en qué casos puede ser contraproducente aludir a personas por su pertenencia a una subclase en la que son identificadas por una característica que pone en común a los individuos que la poseen (los que son sordos) pero que los separa de quienes no.

Normalmente, una operatoria similar de recategorización de adjetivos como sustantivos se da también cuando se utilizan como sustantivos ciertos adjetivos que permiten aludir a personas por su pertenencia a una clase de individuos reconocible por esta característica, como en: los italianos, los musulmanes, los cristianos, los radicales, los socialistas. Y, también es cierto, es más o menos habitual el uso sustantivo de adjetivos en expresiones lingüísticas que identifican personas por su presentación de características de valoración negativa, como el que se da en el discurso periodístico, cuando se habla de los indocumentados, los marginales, los malvivientes, etc.


El sintagma adjetivo



Finalmente, tomamos en cuenta una de las cuestiones que hemos introducido como propia de las palabras léxicas, como lo es el carácter de núcleo del sintagma que se organiza en torno a cada una de las clases de palabras léxicas.

En relación con el adjetivo, hemos adelantado que permite abrir subconjuntos en la referencia que establecen los sustantivos, en el interior del sintagma nominal (el que tiene como núcleo al nombre o sustantivo). Es decir, hemos visto cómo el adjetivo cumple una función en relación con el núcleo sustantivo. Lo que nos queda por revisar es lo que sucede cuando el adjetivo conforma su propia frase, su propio grupo de palabras, en el que asume la posición de núcleo.

Para poder explicar esto, partiremos de una oración:

Los ciudadanos argentinos concurrieron al comicio.

En esta oración, el adjetivo argentinos abre un subconjunto que permite identificar a los ciudadanos de los que hablamos:




Pero también nos podemos encontrar con otra oración, similar a la anterior:

Los ciudadanos conscientes de sus derechos votaron.

En este último ejemplo, el subconjunto de ciudadanos de los que se habla se refiere a los que son conscientes de sus derechos. Conscientes es un adjetivo, pero si hubiera aparecido solo no quedaría completamente clara la cuestión sobre de qué eran conscientes. Hubo que agregar palabras que dejaran en claro el alcance que tiene el adjetivo conscientes, así que se abrió una frase o sintagma de la que el núcleo es ese adjetivo. Como su núcleo es un adjetivo, estamos frente a un sintagma adjetivo.

El sintagma adjetivo puede estar conformado, entonces, por una articulación entre varias palabras que está organizada en torno a un núcleo adjetivo que mantiene relaciones de significado y morfológicas con el sustantivo del que depende.








3 comentarios:

  1. Hola, Hugo. Ojalá me leas, con eso ya me sentiría muy feliz. Solo quería comentarte que una de mis alumnas encontró tus videos en Youtube y no pude controlarme. Sentí una enorme alegría de verte otra vez hablar de gramática, esta pasión incontenible. Y mi alegría viene de la mano de que todo lo que producís al respecto es invaluable. Les recomendé tus videos a mis alumnos para que te conozcan en persona, porque ya te conocen por tu sistema de análisis, el que usamos todos en la carrera y estamos llevando a las escuelas, primarias y secundarias. Este año estuve elaborando los diseños curriculares de San Luis y, por supuesto, ahí hemos utilizado todas tus ideas en todo lo que hemos podido, por supuesto, con referencia al pie.
    Un abrazo enorme
    María

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  2. Hola, María Rita. Te aviso, por si podés ayudarnos en la difusión, en en la UTN Facultad Reconquista comenzaremos el octubre un curso llamado LEER PARA APRENDER. Cualquier cosa, si necesitás la información para distribuir, avisame por mail a hugocarrara4@gmai.com. ¡Gracias!

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