Las clases de palabras que, seguramente, conocemos todos como
sustantivos, adjetivos, verbos, etc., se organizan, a su vez, en grupos
generales que las contienen, de acuerdo con algún rasgo en común. Las distintas
clases de palabras, entonces, se organizan en distintos grupos, que son los que
vamos a enumerar a continuación:
Clases de palabras léxicas
Son palabras léxicas las que tienen significado propio y que pueden
ser núcleos de los sintagmas en los que participan junto a distintos
modificadores. Se incluyen aquí: sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios y preposiciones. En el próximo punto daremos
cuenta de cuáles son las propiedades y formas de comportamiento que tienen cada
una de estas clases.
Un ejemplo de este grupo de clases de palabras puede ser el
sustantivo patio, que tiene un significado propio en el que se
incluyen rasgos semánticos como: espacio físico, al aire libre, generalmente en la parte
trasera, perteneciente a una casa.
Clases de palabras funcionales
Son funcionales las palabras que no tienen significado propio, pero que contribuyen a conformar
relaciones de significado a partir de su participación en sintagmas en los que
intervienen palabras léxicas. Ubicamos aquí a dos clases: los determinativos y las conjunciones.
Un ejemplo de estas clases de palabras puede ser el artículo (un determinativo), que
comprende a palabras como: el, la, los, las, un, una, unos, unas. Estas palabras no significan nada
por sí mismas, pero sí pueden contribuir a identificar a qué nos referimos con
un sustantivo común. De esta manera, cuando nos encontramos con la frase El
portero, comprendemos que se habla de un portero único de un
determinado lugar o, en todo caso, de uno que ya conocemos o del que ya
estábamos hablando. Sin embargo, si se cambia el artículo por otro, como en Un
portero, comprendemos que estamos hablando de uno de varios porteros
que hay en el lugar al que nos estamos refiriendo. Como podemos ver, ni las
palabras el o un tienen significado, pero sí nos
permiten crear el significado particular que asumen las expresiones
lingüísticas en el texto del que participan.
Pronombres
El grupo de los pronombres contiene a una sola clase de
palabras cuyas características principales son dos: no tiene significado (lo que lo asimila a las palabras funcionales), pero se comporta como una palabra con significado (lo que lo
asimila a las palabras léxicas). Es
decir, es una palabra funcional de
comportamiento como léxica, y esto es lo que no nos permite ubicarlo en
ninguno de los dos grupos anteriores.
Los pronombres centrales o prototípicos son los que
conocemos como las personas gramaticales: yo, vos, él, ella, nosotros, nosotras,
ustedes, ellos, ellas. En una oración como Ella
leía una novela francesa, el pronombre ella cumple la función de
sujeto de la oración, que es la que le corresponde al sustantivo. Ella,
como palabra, no significa nada, pero en la oración ella puede estar
sustituyendo a una persona expresable a través de un sustantivo, como María,
o a través de un sintagma con sustantivo núcleo, como la hermana de Juan: María leía una novela francesa o La hermana de
Juan leía una novela francesa. Así, podemos ver cómo el
pronombre ella, que no tiene significado propio y, por tanto, es
funcional, cumple una función que le corresponde al sustantivo, lo que lo hace
estar comportándose como una palabra léxica.
Interjecciones
Una sola clase forma este grupo aparte, y es la de las
palabras que definió el gramático Alarcos Llorach (1999) como una clase de palabras autónomas que no
cumplen una función dentro de la oración sino que forman, ellas solas,
enunciados independientes. Es decir: a diferencia de las palabras léxicas o
funcionales, e incluso del pronombre, que cumplen funciones dentro de sintagmas
que forman la oración, las interjecciones forman, solas, una oración completa e
independiente. El ejemplo más fácil para comprenderlo, la siguiente oración que
está formada solamente por una interjección: ¡Ay!
Como podemos ver en todo este punto, los grupos de clases de
palabras están formados por sus características en relación con el significado
y con su funcionamiento. Así, las palabras léxicas y funcionales se distinguen
por su relación con el significado: las léxicas lo tienen y las funcionales no;
el pronombre se caracteriza por su funcionamiento similar a las léxicas pero su
falta de significado propio lo asemeja a las funcionales, y las interjecciones
se distinguen por su funcionamiento en soledad, como una oración completa en sí
misma, sin una función sintáctica en relación con otras palabras.
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